domingo, 19 de octubre de 2014

Domingo de leyendas con las Meninas Novohispanas

La virgen del Perdón.


Queridos sobrinos plebeyos, el día de hoy les contaré la leyenda de la virgen del Perdón, cuadro bellísimo que por desgracia sucumbió al incendio de la Catedral Metropolitana en 1967. La pintura fue elaborada entre  1568 y 1569 por el pintor flamenco don Simón de Pereyns, maravilloso maestre del pincel que llegó a la Nueva España con el virrey don Gastón de Peralta. 

La historia tiene dos orígenes, la leyenda y el registro. La leyenda dice que un judío fue enjuiciado por el Tribunal del Santo Oficio y fue preso en una de las celdas de la Cárcel Perpetua. El judío tenía como placer, dibujar y pintar, por lo que pidió a sus carceleros le concedieran pinceles y pigmentos. Ellos aceptaron y le llevaron al judío los enceres necesarios. En cuestión de días el preso mandó llamar a sus carceleros y ellos, admirados observaron una obra maestra pintada sobre la puerta de la celda: era una virgen de preciosa manufactura y exquisito dibujo. La llamaron la virgen del Perdón y fue colocada en el altar de la entrada en la primera catedral.

Sin embargo, la historia basada en el registro tiene más picardía y porqué no decirlo, chisme. Simón de Pereyns hijo de don Fero de Pereyns y doña Constanza de Lira, llegó desde Amberes a esta muy Noble Leal e Insigne Ciudad de México y se dedicó al negocio de la pintura. Pronto se llenó de amistades con quienes departía amenamente y fue justo con una de ellas, que don Simón dijo que le venía mejor pintar retratos de personas que de santos. Este chisme llegó a los oídos de la Santa Inquisición quien retuvo al flamenco, le dió tres vueltas al potro, le llenó  con tres jarras de agua y le ordenó una pena consistente en pintar todo el retablo de nuestra señora de las Mercedes que se encontraba en la entrada de la primera catedral.

Por esta razón, Pereyns comenzó la obra en 1568 y terminó pintando la virgen denominada del Perdón por encontrarse en el altar del Perdón de la primera catedral. A su demolición en 1625 la pintura pasó al retablo del perdón de la segunda y actual catedral. Sin embargo fue presa de las llamas del fuego en 1967 y la que hoy se encuentra en su lugar es otra de menor calidad y menor finura.

Así pues mis queridos, cuidadito con las cosas que dicen, ya que si llegan a oídos de los nuevos tribunales del Santo Oficio, además de aplicarles las reformas de Telecomunicaciones, pueden hacerlos pintar todo un retablo y de que se enteren me encargo yo.

Los quiere en demasía su tía Cecilia...




Así luce actualmente la obra de Pereyns resguardada en el CENCROPAM

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